En México, más del 70% de los ciberataques inician con técnicas de ingeniería social, y el phishing sigue siendo la puerta de entrada más rentable para los delincuentes, generando pérdidas por encima de los 8,000 millones de dólares al año. Aunque tradicionalmente las empresas reaccionaban cuando el daño ya estaba hecho, hoy los avances en inteligencia artificial y las certificaciones de seguridad han permitido construir modelos capaces de predecir comportamientos sospechosos, frenar fraudes internos y externos, y blindar la experiencia del cliente mucho antes de que ocurra una vulneración real.