México se encuentra frente a una oportunidad histórica: el nearshoring podría generar más de 4 millones de empleos en la próxima década, y hasta 50,000 posiciones anuales solo en el sector de servicios, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo. Hoy, más de 400 empresas internacionales ya trasladaron parte de sus operaciones al país en los últimos cinco años, impulsadas por la necesidad de cadenas de suministro más resilientes y una fuerza laboral más cercana al mercado estadounidense.